Cuando hablamos sobre lesiones como golpes o accidentes, es común que se nos remita a dos especialistas acostumbrados a tratar con dicha clase de trastornos: el ortopedista y el traumatólogo. Y es que ambos, dentro de su respectiva especialidad, se encargan de evaluar, diagnosticar y tratar padecimientos musculoesqueléticos.
¿Cómo saber con cuál deberías acudir, si has sufrido una lesión o padeces un trastorno locomotor? En el artículo presente tenemos la respuesta para ti.
El ortopedista se ocupa de estudiar lesiones no traumáticas, es decir, que han sido ocasionadas de manera crónica, congénita o por tumores o infecciones repentinas. En su campo de acción entran las siguientes subespecialidades:
El traumatólogo se encarga de aquellas lesiones que han sido provocadas por factores externos, tales como golpes, luxaciones, fracturas y esguinces. Atiende sobre todo la columna vertebral, las extremidades superiores e inferiores y la pelvis.
El principal objetivo de un especialista traumatólogo es diagnosticar y tratar a un paciente lesionado, con el fin de recuperar la funcionalidad del área afectada tras una óptima cicatrización de del tejido blando y consolidación de la estructura ósea.
Se entiende que ambas disciplinas, aunque encauzadas a atender las mismas áreas y tejidos del cuerpo, difieren absolutamente en cuanto al origen de sus trastornos.
La primera analiza patologías y enfermedades. La segunda, en cambio, trabaja con accidentes y traumatismos. Otra gran diferencia radica en los métodos que cada una emplea para diagnosticar y tratar a sus pacientes.